domingo, 23 de junio de 2013

De cosmovisiones y paradigmas del Buen Vivir


De mi Madre Tierra traigo las raíces,
suelo prisionero de mi corazón;
bendita la esencia de barro y arcilla,
cobija semillas en su vientre en flor.
Un sur de arrayanes esquilando al viento,
blanca en las salinas, negra en el carbón.
Dulce se descopla a orillas del río
en la voz doliente de algún pescador...
De mi Madre Tierra traigo las raíces,
cuna de mis sueños, un mate, un fogón.
Cañas y maizales, parrales y trigo,
mi sagrada tierra, cosecha de amor.
De mi Madre Tierra traigo las raíces,
suelo prisionero de mi corazón.
Doradas espigas recorren su pecho,
sombrero de albahaca, ceibo y girasol.
Descansa en la siesta bajo un algarrobo
y bagualeando viene al perderse el sol.
Historias de arrieros duermen en su lecho...
Pastora, alfarera, india en el telar.
Huellas ancestrales de un ocaso sabio...
De mi Madre Tierra yo les vengo a hablar...

"De mi Madre Tierra" - Donata Paz

Haciéndonos ecos del pensamiento en esta aventura sombría de búsqueda de identidad. Ser hijo de la tierra, hermanos de todos, hijos de una sola madre: “la tierra”, una historia de comunidades de larga lucha alejadas del individualismo con la mera conciencia que la de vivir en hermandad.  Cimentados en la firmeza de la esperanza, muy a pesar de haber sido saqueados largos años, víctimas de uno de los peores genocidios de la humanidad en el proceso de conquista.

Tienen su fruto en la sabiduría de los mayores, la de sus ancestros y en el respeto por su deidad la Pachamama. Un nuevo ser humano se avecina en esos bosques, humo de ese fuego originario, de sangre cautiva del silencio. Es el hombre solidario, respetuoso de todas las formas de vida de sentido comunitario; contemplan y cuidan de la naturaleza, los animales, las plantas, y todo lo que ella ofrezca en aroma de cultura.

Estos pueblos indígenas gozan de una admirable tenacidad, creadores de su destino hacen camino en su andar, fieles a sus valores y creencias defendieron y lo hacen aún en la actualidad de nuestros tiempos, la reivindicación de sus derechos. Bajo el fuego del “Buen vivir” intentan suplantar el constitucionalismo liberal antropocentrista, por una cosmovisión biocéntrica, donde ya no se privilegie al individuo como sujeto de derecho y obligaciones.  Están los derechos colectivos de la naturaleza esperando ser atendidos para poder lograr esa armonía, para poder encontrarse en ella, reconocerse.

La cultura de estos pueblos es herencia milenaria de costumbres y modos de subsistencia. En sus pensamientos está la lealtad a su comunidad, sin permitir jamás que se interpongan los intereses elitistas hegemónicos que se lleven puesto todo y a todos; que atenten con aquello que signifique justicia e igualdad para nuestros hermanos.

No hay en el mundo nada más belicoso que la discrimacion, la indiferencia a lo nuestro, y esa mirada cruel de salvajismo y barbarie en que nos supieron ocultar por siglos. Un capitalismo que con sus efectos acrecentó los males de la comunidad con explotación de recursos naturales, que hace sucumbir a la Pachamama en lo que se refiere a daños ambientales, y despojándonos del territorio. Es necesario organizarnos para construir la soberanía de nuestro pueblo, el reconocimiento de nuestra lengua e identidad. Proponemos generar la unidad desde la diversidad que permita enriquecer la esencia de la cosmovisión originaria, sin más violencia, sin más etnocidios, genocidios, ni racismo.

Por último, recorriendo los senderos de Abya Yala nos abraza su historia y su cultura, con el viento del sur rumor de coplas, cansados del silencio nos cubrimos de pensamientos, recogemos de la conciencia los frutos para alimentar la vida. Los hermanos de la tierra claman por el presente de todo su pueblo, protagonistas de sus sueños, crean su propio destino en una patria que espera verlos crecer. Sembremos y prolonguemos esas huellas para la posteridad de una comunión guerrera de alma personal y colectiva, con un gran compromiso de acción y lucha constante.



No es ser humilde, es saber tener identidad.
Tener identidad es tener conciencia.
Tener conciencia es creer en uno mismo.
Creer es la capacidad de crear y realizar sueños e ideas.
Crear es crecer, crecer es vivir….

Mauricio Reyna


  
Autoras: María Laura Gómez y Susana Crispens - Profesorado de Filosofía ISPP Nº 1 - EDI Evolución de las Ideas Argentinas.

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